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Esta emisión, diseñada e impresa por el Banco Central de Venezuela, según se comenta, sin el asesoramiento de Ipostel, adolece de ciertos defectos que, a los filatelistas, nos hacen añorar las series de monedas en las estampillas, emitidas con anterioridad. En Ipostel siempre ha habido, con sus altibajos, personal capacitado para que las emisiones salieran bien, siempre y cuando les dejasen hacer su trabajo. En esta oportunidad, al margen de la parte estética que puede gustar o no, hay un verdadero problema con la perforación: en efecto esta ha sido realizada con laser y este sistema ha producido, en las hojitas, rastros de quemaduras al reverso de las mismas. Vean más abajo la imagen del reverso de la misma. |

Obsérvese a lo largo de la perforación las manchas de la quemadura del rayo laser. Otra curiosidad negativa: la numeración ha sido puesta en el reverso de la hoja. ¿Será que se olvidaron de ese detalle y no pudieron agregarlo al final por el fondo negro de la hoja? ¿Cómo reaccionarán los filatelistas cuando reciban estas hojitas que parecen oxidadas?